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Estímulo natural para el melón de Carrizales

2020-06-21

Investigación. Carrizales está inmerso en una nueva iniciativa para aumentar la producción de su producto estrella, el melón. Varios agricultores llevan a cabo un proyecto del Ministerio de Agricultura para favorecer la presencia de insectos que polinicen las plantas de melón. El gancho son especies y flores silvestres.

Después de hacer frente a dos temporales importantes en el último año, los agricultores del parque agrario de Carrizales de Elche se han propuesto recuperarse de las adversidades con un nuevo proyecto de investigación que pretende incrementar la producción de su producto estrella, el melón que en pocas semanas llegará a los mercados de la provincia, el de Carrizales. Se trata de un proyecto que llevan a cabo de la mano del Ministerio de Agricultura y la Asociación de Naturalistas del Sureste y que pretende que cada planta de melón dé más frutos de los habituales, con un estímulo totalmente natural.

El agricultor de Carrizales, Juan Miguel Montaner, explica que «esta campaña estamos haciendo pruebas con la siembra de flores y especies silvestres junto a las plantas de melón con la intención de favorecer la presencia de insectos que a la vez que polinizan las flores silvestres también polinicen las plantas de melón».

Las plantas silvestres se están colocando en los márgenes de los terrenos, cerca de los carrizos, y también en setos entre las plantas de melón, en función del terreno. Juan Miguel Montaner indica que «al introducir márgenes silvestres el entorno se convierte en más atractivo para los insectos, con lo que se mejora la polinización, que en el melonar se traduce en más cuaje de frutos y, por lo tanto, un mayor volumen de producción».

Por el momento, esta es la teoría que se está llevando a cabo en varios campos de cultivo de la zona de Carrizales, con el apoyo del Ministerio de Agricultura, y el resultado se verá a partir del mes de julio, cuando arranque la cosecha del melón de Carrizales que este año vendrá un poco más tardío.

El presidente de la comunidad de Carrizales, Fernando Antón, explica que «estamos introduciendo junto a los especies como mostaza, girasol, o trigo sarraceno, así como santolina o calendula». Fernando Antón apunta que «se buscan puntos estratégicos para crear reservorios para la fauna auxiliar, que también pensamos que puede ser beneficiosa para combatir plagas como el pulgón o la mosca blanca. Lo hacemos con la intención de buscar un equilibrio natural».

El resultado se verá en unas semanas ya que este año los primeros melones de carrizales llegarán un poco más tarde.Si habitualmente las primeras plantas de melón se llevan al terreno a finales de marzo, este año, explica Juan Miguel Montaner, «tuvimos problemas con el frío y las lluvias de abril, y tuvimos que llevar a cabo una replantación, y repasar las fincas». Por este motivo, los primeros melones llegarán un poco más tarde de lo que lo han hecho otros años.

A la cosecha de melón de Carrizales se dedican unas 40 hectáreas de cultivo enclavadas entre los entre los parque naturales de El Hondo y las Salinas de Santa Pola, donde cada año se llegan a cultivar unos 400.000 kilo de melones que gozan de gran calidad debido al dulzor que les aporta la salinidad del terreno en el que se cultivan a través de un sistema de azarbes. De hecho, el Consell ha calificado esta zona de especial protección para las aves que anidan en los espacio naturales.

Obstáculo

Este año, como los anteriores los agricultores también tienen que hacer frente a su mayor problema, que no es otro que la paga de conejos que durante los últimos años ha afectado a una parte importante de la producción del melón de Carrizales. Para combatir la presencia de estos animales, Juan Miguel Montaner explica que «hemos adoptado un sistema de vallado móvil que vamos cambiando cada año de parcela, y con eso conseguimos frenar algo la presencia de conejos».